¿Un paquete por familia?
A pesar de que esta situación es generalizada en el país, las afectaciones por la escasez de parafina no se han dado en igualdad de proporciones. Según Ávila, los estratos bajos son los más perjudicados, ya que, por lo general, estos acceden a las velas a través de los pequeños comercios o de vendedores informales. Por el contrario, los estratos 4, 5 y 6 adquieren estos productos en almacenes de cadena. (Le podría interesar: "Aranceles visibles e invisibles": Luis Carlos Villegas, Exministro de Defensa".
“Las grandes superficies se están abasteciendo con normalidad, porque de por medio hay contratos que obligan a las fábricas de velas a cumplirles con la producción. Pero, en los estratos bajos los consumidores finales suelen comprar las velas en las tiendas de barrio o a vendedores informales; además de que lo hacen en el último momento, por lo que lo más probable es que no encuentren velas para esas fechas”, añadió Ávila.
Añadió que, en vista de que es casi imposible que se logre suplir la demanda para esas fechas, la recomendación es que si un hogar normalmente compraba dos o tres paquetes de velas para el 7 de diciembre, este año adquiera solo uno. “Así la mayor cantidad de los hogares podrá tener acceso a las velitas para celebrar la tradición”.
Importar no es alternativa
Carlos Giraldo es uno de encargados de Velas Don Pedro, una tradicional fábrica paisa de velas y velones que lleva 39 años en el mercado. Su producción, al igual que en muchas partes del país, también disminuirá significativamente para la temporada navideña.
“Normalmente producimos entre 400 y 500 toneladas de velas para el siete de diciembre. Actualmente hemos sacado solo unas 150 toneladas. Aunque la fábrica de Ecopetrol ya retomó, la situación sigue siendo muy incierta y las importaciones en este momento no son una opción. Estamos muy contra el tiempo, sale muy costoso por el aumento de los precios de los fletes y, además, grandes productores de parafina como China, Alemania y Brasil también presentan escasez del producto”, apuntó Giraldo.
El empresario aclaró que esta crisis que se está presentando no fue por falta de programación ni de visión para presupuestar una temporada, sino porque no tuvieron la suficiente información en el momento adecuado para tomar las medidas correctivas en el corto o mediano plazo.
Por su lado, Ávila anotó que pensar tanto en importaciones como en sustitutos de las velas en este momento es difícil. “En el campo la gente puede prender mecheros con ACPM. En la ciudad esto no se recomienda porque es peligroso. Es difícil encontrar un sustituto para las velas porque es más una tradición. Lo que sigue es la temporada de Semana Santa, ya habría que pensar si empezamos a importar desde diciembre”, dijo.
Por todo lo anterior, las fábricas de velas en el país podrían percibir pérdidas de hasta $500 millones. También, según las estimaciones, una empresa como Don Pedro estarían dejando de generar en el sector entre 60 y 80 empleos directos y unos 400 indirectos.
Además de que esté en vilo este año la tradición de prender velitas de colores en la noche del siete de diciembre, la preocupación mayor es que muchas empresas, en especial las más pequeñas, vayan a la quiebra
Colprensa-El Colombiano