Empresario: Álvaro Pión, gerente de Ingeambiente.
Profesión: Químico Farmacéutico, especialista en Ingeniería Ambiental y magíster en Gestión Ambiental.
Pasatiempo: Hacer crucigramas y leer.
Libro recomendado: ‘El peso de la gloria’, de C.S. Lewis.
Película recomendada: ‘Avatar’, de James Cameron.
Deporte predilecto: Béisbol.
Personaje histórico: Jesús de  Nazareth.

Y cuando se hubieron saciado, dijo a sus discípulos: recoged los pedazos que sobraron, para que no se pierda nada”, Jesús de Nazareth, Juan, 6, 12.

 

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Aprovechar cada residuo y que nada se desperdicie, un campo de oportunidades al que Ingeambiente espera poder sacarle “hasta la última gota”. Y es que aún en medio de la incertidumbre generada por la pandemia, el trabajo para esta empresa no se detuvo, es más, se aprovechó para vislumbrar nuevos proyectos en beneficio de Cartagena y el Caribe.
El gerente de Ingeambiente, Álvaro Pión, contó cómo seguir en medio de la pandemia y por qué es importante pensar en nuestros residuos más allá de ponerlos en una bolsa y esperar a que un operador se los lleve.

¿Cómo contribuye Ingeambiente al desarrollo de Cartagena?
Nuestra empresa cumple una función silenciosa y poco visible, pero sumamente importante para el mantenimiento de un hábitat saludable en los ecosistemas urbanos. Pues, así como en la naturaleza, las especies necrófagas, (como osos, lobos, cuervos, buitres y otras especies) y los organismos descomponedores (hongos, bacterias, insectos, etc.), contribuyen a limpiar de residuos de animales y plantas, y con ello al funcionamiento de los ciclos biogeoquímicos; con nuestros servicios cumplimos una misión similar, que es fundamental para la salud pública y la salud ambiental de la ciudad y su entorno, al recolectar, transportar, tratar, transformar y/o disponer los materiales que ‘aparentemente’ ya no sirven y reincorporarlos a los ciclos de materiales y energía de la naturaleza, y de la cadena de valor de los ciclos productivos tecnológicos.
Contribuimos como empresa del servicio público de aseo, al manejar adecuadamente los residuos, especialmente los peligrosos, entre ellos los residuos de atención en salud, para que se evite una situación de riesgo ambiental y sanitario para la ciudad y sus habitantes. Si no prestamos este servicio de recolección, transporte, tratamiento y disposición final de estos residuos, y de aprovechamiento de algunos, esos materiales podrían terminar en cuerpos de agua o contaminando el aire y el suelo; que pueden afectar la salud y la calidad del ambiente.
Nuestra contribución es una que casi nadie ve, porque las personas están acostumbradas a guardar los residuos en un recipiente, ponerlos en una bolsa y que alguien se los lleve. Desaparecen de su vista y no saben hacia dónde van. Sin embargo, hay todo un proceso, toda una responsabilidad detrás de eso, precisamente para que esa comunidad tenga la tranquilidad y la seguridad de que no habrá un efecto nocivo para su salud y para el ambiente.

¿Qué decisión fue positiva y cuál fue la más difícil que enfrentó para disminuir los efectos de la pandemia?
De las decisiones más difíciles, pero al mismo tiempo más positivas, fue la de no despedir a ninguno de nuestros empleados. Encontramos algunas soluciones internas, como reducir el tiempo de trabajo de algunas personas, implementación del teletrabajo, la alternancia y la semi presencialidad, pero todos nuestros operarios, funcionarios administrativos, supervisores, coordinadores, etc.., no solo conservaron sus puestos de trabajo, sino que oportunamente se les han cancelado sus salarios con todos los aportes de prestaciones y seguridad social. Ha sido difícil mantener en materia económica, pero resultó siendo positivo, porque pudimos ser solidarios con nuestros trabajadores, y de lo que se siembra se recoge.

¿Cuál es el panorama de la compañía tras la pandemia?
Durante la pandemia la situación económica se ha visto bastante ‘apretada’. Se podría pensar que debieron aumentar los residuos generados en atención en salud, y seguramente fue así, pero lo que no aumentó fue el recaudo, porque el sector salud sigue siendo uno de los más deprimidos y afectados de este país.
Igualmente, muchas actividades comerciales se suspendieron, muchas industrias redujeron su producción por diferentes razones, y si bien hemos continuado prestando el servicio a todos estos sectores, porque la nuestra fue una de las actividades que no se suspendió desde que se decretó la emergencia sanitaria, la situación ha sido un poco difícil, pero gracias a Dios, hemos salido adelante.
El panorama para nosotros depende de la visión a futuro de la gestión de residuos, basados en lo que quiere la comunidad internacional y en lo que el país se comprometió a cumplir al ingresar a la OCDE, que es promover la Economía Circular.
Ahí hay un campo de oportunidad, porque significa generar espacios para el aprovechamiento de residuos, como promover la actividad de separación en la fuente y clasificación de los residuos con miras al aprovechamiento, no solo de los residuos como cartón, papel, plástico, entre otros, sino el procesamiento de otros materiales que sobran de nuestra alimentación diaria, para que no se desperdicie nada.
Estamos inmersos en el proceso de transformarnos en una empresa de aprovechamiento de residuos, que pueda ofrecer a sus clientes este servicio como una alternativa, no solamente económica sino ecológicamente sustentable.


¿Qué estrategias considera que deben aplicar las empresas afectadas?
La pandemia nos cambió la forma de hacer las cosas. La virtualidad se volvió algo cotidiano y hay que aprovechar esa opción tecnológica, porque eso permite reducir costos económicos y ambientales. Normalmente con los clientes hacemos cursos de capacitación para mejorar continuamente la gestión de los residuos. Eso implicaba una logística que incluía alquiler de un espacio con equipos audiovisuales, el suministro de refrigerios, desplazamientos, impresión de documentos. Ahora se crea un salón virtual en el que pueden ingresar 100 personas. Esa transformación hay que aprovecharla para reiniciar operaciones, y utilizar las tecnologías de la información y las comunicaciones para mejorar y agilizar los servicios y los procesos administrativos y operativos. (Lea también: “Vemos una recuperación lenta, pero segura”: María Claudia Gedeón Cuéter, Gerente de Asuntos Corporativos de SACSA).

¿Cómo vislumbra el futuro de la economía en la región?
Cartagena tiene un problema muy grande, pero no imposible de resolver, que es la falta de solidaridad para todo, que se evidencia desde temas aparentemente muy simples como la presentación de los residuos por parte de los ciudadanos, que cabe aclarar no es un problema de estrato socioeconómico, sino de conciencia ciudadana, hasta aspectos como la movilidad, la seguridad, entre otros.
Tenemos que repensar la ciudad para establecer hacia dónde queremos ir. Para eso debemos despojarnos de todos esos egoísmos y construir una visión de ciudad que funcione para todos.
Adicionalmente, Cartagena debe mirarse como región, no como ciudad aislada. Es lo que ha logrado Medellín apoyándose en los municipios que están alrededor. Tenemos demasiado centralismo y no miramos en conjunto con Arjona, Turbaco, Turbana, que finalmente son municipios que reciben a muchas de las personas que trabajan en Cartagena. Tenemos que abrir ese ‘Corralito de Piedra’ mental, social y económico que se ha creado en la ciudad.

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